A lo largo de 10 días, alrededor de toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se realizó la 20° edición del BAFICI.
Finalizó el 20° Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) y dejó muchas aristas para seguir trabajando en el ambiente artístico; no solo cinematográfico sino musical, teatral y sonoro.
La independencia como forma de actuar ante una revelación o proyecto artístico, sumerge a los realizadores dentro de un ámbito que este festival legitima y exacerba; genera una convivencia entre distintos géneros, épocas o formatos lo cual no tiene desperdicio. En una misma sala en relación a pocas horas, pudimos ver cine francés de la decada del ’70, óperas primas argentinas del corriente año, cortos con espíritu de videoarte y cine documental. Hay cine para todos los gustos, de muchísimos lugares del mundo.
Dentro de nuestro eje sobre el medioambiente, la responsabilidad social y la sustentabilidad podemos destacar claramente dos films que no tuvieron desperdicio alguno: The green lie, de Werner Boote y Viaje a los pueblos fumigados, de Pino Solanas.
El primero nos adentra en lo que intentan demostrar ciertas empresas a la hora de clasificar sus productos como sustentables, en relación a las materias primas que utilizan; y centra estas problemáticas, por ejemplo, en Indonesia con respecto al uso y abuso de las tierras para la obtención de Aceite de Palma.
La segunda nos muestra a un Pino Solanas viajero, que recorre las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Salta, mostrando las consecuencias del monocultivo de soja, tanto social como ambiental, a través del uso de agrotóxicos en la fumigación para el control de plagas. Toda la gente que convive con esas sustancias 100% nocivas, como esos alimentos acarrean estos productos hasta llegar a nuestro plato, y la falta de control y conciencia por parte del Estado a la hora de regular la agroindustria. El estreno comercial de Viaje a los pueblos fumigados será el 3 de mayo y estará en las principales salas de Buenos Aires, como por ejemplo el Cine Goumont.
El 20° BAFICI nos deja con mil preguntas y pocas respuestas. Muchas cuestiones a reflexionar sobre el entorno en el cuál vivimos y como podemos resignificarlo a cada paso. El próximo abril nos encontrará en la 21° edición, manteniendo vivo al público que ansía por un cine a conciencia, para reflexionar y experimentar nuevas sensaciones.