El pasado 22 de abril se celebró en el mundo el Día de la Tierra, y con esta costumbre que nos ha instalado la tecnología, todo pasa por internet. En ese marco y en ese día, mirando una de mis redes, encontré un reposteo de una persona muy allegada a mí con el texto “Cuidemos la Tierra” y la imagen, debajo tenía la publicidad muy pequeña de una productora de semillas cuyo nombre no es muy conocido por el común de la gente, pero sí compite con las que en las redes son lapidadas y sumamente criticadas. Esa misma persona es la que por el mismo medio criticaba a otra de las productoras de semillas de las que sí tienen mucha prensa ; y es la misma que en su hogar deshecha los envases de plástico con los restos de alimentos.
Entonces me puse a pensar en las modas, los posteos, esto de dar compartir por el simple hecho de quejarnos o por creernos que somos buenos y amamos la tierra donde habitamos, en fin una ensalada donde los ingredientes se mezclan sin una lógica.
Por eso decidí que desde este lugar que ocupo es importante escribir algo sobre el Día de la Tierra, mi visión como comunicadora. Porque estoy convencida que esto que pasa es en gran parte responsabilidad nuestra, de quienes tenemos la posibilidad de hablar, escribir, postear o transmitir conocimiento desde el lugar que podamos. La comunicación está en crisis y en estas cosas es en donde nos damos cuenta. A veces en nuestro afán por divulgar, hacemos que la madeja de la comunicación sea imposible de desenredar.
También decidí no hacer referencia a qué celebramos o conmemoramos, porque eso sería repetitivo. Y lo más importante, utilizar un lenguaje sencillo porque a mi entender en la sencillez del mensaje, reside el resultado.
Mi idea es dejar, desde la humildad de alguien que está intentando aprender cómo proteger el lugar que habita, pequeñas sugerencias para que cada uno pueda realmente comenzar a implementar hábitos que ayuden a que “la tierra”, no “nuestra tierra”, nos pueda seguir brindando este maravilloso hospedaje.
Lo imprescindible para mí es entender que estamos de paso en un lugar mágico y único y que nada ni nadie nos dijo nunca que somos dueños de todo lo que nos rodea. Somos un simple eslabón en una cadena, y enlazados funcionamos. No hay otra forma de seguir.
Un dato para tener en cuenta es que los humanos producimos 60 veces más de CO2 que lo que producían los volcanes cuando la tierra ni siquiera sabía que íbamos a venir a ocuparla. El CO2 es uno de los encargados de producir ese calentamiento global del que tanto se habla, pero del que muy pocos saben.
Y es problable que pienses, “eso lo producen las empresas no yo” y te preguntarás, entonces que puedo hacer yo al respecto ? En primer lugar, es cierto que las empresas en general generan emisiones de gases efecto invernadero en un alto porcentaje, pero tenés que saber que cada acción de tu día también. Por ejemplo tus residuos, tu comida, tus desperdicios de alimentos, tu auto, tus luces encendidas, la calefacción y refrigeración de tu hogar…Todos y cada uno, cada día. Y este es solo un dato entre miles.
Ahora bien, que podemos hacer para comenzar a sentirnos parte y no dueños de esta maravillosa tierra? En primer lugar aprender a convivir con todo lo que nos rodea sin apropiárnoslo, dejar que cada especie siga su ciclo vital sin interrupciones. Y para eso el trabajo es muy arduo e inmenso.
Como en esta nota no podemos hablar de todo, te sugiero que investigues y profundices en algunos temas, como por ejemplo cambio de hábitos referentes a:
- Plásticos de un solo uso (platos, vasos, cucharas y demás utensillos descartables, sorbetes, bolsas, etc.)
- Cuidado del agua en el hogar.
- Optimización de las energías no renovables.
- Implementación de opciones de energías renovables en casa.
- Huertas orgánicas.
- Separación de residuos en origen: En este caso es importante que sepas que seguramente encontrarás cerca de tu casa algún punto verde donde llevar los reciclables. Algún esfuerzo hay que hacer.
- Y algo que parece muy obvio, pero llevarte tu basura y no dejarla tirada es una acción muy simple y muy importante. Cuando vayas a una playa, un parque o simplemente camines fuera de tu casa NO tires basura, llevala con vos hasta un lugar donde puedas dejarla y si la dejás para que sea reciclada o reutilizada, muchísimo mejor.
Estas son solamente algunas de las muchísimas que podemos empezar a cambiar. Ya que hoy la tecnología nos ayuda en tantas cosas, solo con un click podés averiguar y modificar algunas costumbres que seguramente generarán un impacto positivo en la tierra.
Entonces sí, cuando cada uno asuma su rol desde la proactividad y alejándose de la crítica e involucrándose, entre todos quizá podamos celebrar el #DíadelaTierra sabiendo que funcionamos juntos para poder seguir viviendo en este hogar.
Alejandra Scigliano
Podés escribirme por cualquier sugerencia o inquietud a aleunirse@gmail.com