Hace unos días asistí a una consulta médica, y a la hora de hacer las recetas, la doctora muy amable me dijo que me daría muestras de la medicación porque no le gusta quedárselas. Me dijo, te llevás para tres meses… Cuándo abrí la primera de las cajas vi que en realidad en cada una había solo un comprimido en un blister bastante grande, la médica seguramente no lo sabía, ya que el modo de administración es de uno por día.
Por supuesto que la reflexión no vino por el lado de la cantidad de comprimidos que me traje, sino por el cartón, el aluminio, el plástico, la tinta y demás productos que incluye cada caja y cada blister.
Y eso me llevó a linkear y analizar el impacto que las actividades comerciales tienen, y cuántas están desalineadas con los discursos y los objetivos.
En este caso la actividad de promoción del producto tiene un costo enorme a nivel económico, pero un costo aún mayor a nivel ambiental. Es necesario semejante inversión? No es posible hacer que rinda un poco más, con la simple inclusión de más mercadería dentro de semejante packaging? Quién define esa estrategia? No tengo todas las respuestas, pero imagino que no es necesaria tanta inversión de dinero y de sostenibilidad ambiental. Creo también que se debería poder incluir más comprimidos en cada envase. Y con respecto a quien define la estrategia de promoción, en este caso puntual me atrevo a decir que fue alguien que está un poco lejos de pensar en lo que hoy llamamos “marcas con propósito”.
En un mundo que evolucionó de una manera bastante favorable después de un gran trabajo realizado por mucha gente que tiene grandes ambiciones y convicciones para lograr un mundo mejor, creo que no podemos ir para atrás en estas cosas.
Hace muchos años las muestras médicas venían en frasquitos de vidrio, más circular que lo que hoy es ese blister con un solo comprimido, de plástico y aluminio…
Y podemos pensar que es mi responsabilidad separarlo como residuo reciclable, si, siempre y cuando sepa cómo hacerlo de manera responsable. Pero antes el laboratorio es quien tiene que proponerse minimizar el impacto de sus acciones y optimizar los recursos; aunque eso signifique que la marca la veamos en menos cajas, porque en una haya medicación para cuatro días, por ejemplo.
Años escuchando que las políticas de Sustentabilidad deben ir alineadas al “core” del negocio… Qué significa hoy ese concepto, en un mundo en el que justamente la economía está dejando de ser lineal para llegar a un modelo circular que nos beneficie a todos? A mi entender, si vamos hacia un modelo de triple impacto, el “core” ya no es uno solo, sino que debe responder a los tres ejes; el económico, el ambiental y el social. Conceptos como “el mejor residuo es el que no se genera”, son básicos en la actualidad a la hora de desarrollar cualquier estrategia.
Y si de cadena de valor hablamos, el consumidor sigue siendo el eslabón más débil en casi todas las industrias. Eso me parece que es debido a falta de información y de comunicación por parte de empresas y organizaciones. En este caso que hoy comentamos, no solo es tema comunicacional, sino que falta coherencia y objetivo. La promoción y publicidad tiene que estar equilibrada con políticas ambientales y sociales, y el costo no debe pagarlo la sustentabilidad.
Quizá estás leyendo esto y pensás en los paquetes que compramos en el súper, que parecen no aumentar su precio pero en realidad es que cada vez tienen menos contenido y más envoltorio. Es más o menos lo mismo… La diferencia es que en el supermercado vos elegís si compras o no. Con los medicamentos no hay mucha elección y cuando un médico te da esas muestras, te ayuda un montón. Es quien lo produce el que tiene la obligación de asumir el compromiso de que su impacto sea cada vez menor.