viernes 29, marzo 2024

Comunicamos sustentabilidad

El INTA y Cervecería y Maltería Quilmes impulsan la producción de cebada agroecológica

Productores de Tres Arroyos –Buenos Aires–, que cuentan con el asesoramiento de la Chacra Experimental Integrada Barrow del INTA, abastecen del cereal a Cervecería y Maltería Quilmes. A su vez, especialistas del organismo aportan los principios de la agroecología para rediseñar el campo experimental de cebada de la empresa. Una articulación que promueve la sustentabilidad en el país.

La Chacra Experimental Integrada Barrow del INTA lleva adelante estudios vinculados a la producción agroecológica en sistemas de gran escala desde hace 9 años. Esos sistemas se caracterizan por la baja a nula aplicación de insumos químicos, el aumento de la biodiversidad y el fortalecimiento de los ciclos biológicos, entre otros.

En este sentido, Cervecería y Maltería Quilmes que tiene a la sustentabilidad como parte fundamental del negocio y busca generar un triple impacto positivo en la sociedad: económico, social y ambiental, se acercó al INTA en busca de conocimiento y experiencia.

Así, por un lado, se busca rediseñar el Campo Experimental que tiene la compañía en Tres Arroyos –Buenos Aires– y, por el otro, impulsar a la agricultura regenerativa a partir de la adquisición de cebada agroecológica producida por nueve productores de Cambio Rural.

El INTA y Cervecería y Maltería Quilmes firmaron un primer convenio para realizar una serie de experiencias, con el acompañamiento técnico y profesional del INTA, para producir cebadas agroecológicas que no dependan de insumos externos y que se encuentren en sistemas productivos que busquen la regeneración de los recursos naturales: una agricultura agroecológica regenerativa. “Los primeros cultivos se comenzaron el año pasado y recién este año comenzaron las primeras pruebas con cebada”, indicó Zamora.

Por su parte, el gerente de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes, Antonio Aguinaga, expresó que decidieron trabajar con el INTA “por su amplia experiencia en esta línea de trabajo” y no dudó en asegurar que “en Barrow hay profesionales excelentes y estamos muy contentos con lo que se hace diariamente”.

En ese marco, se propuso la realización de corredores biológicos: sembrar algunas especies que produzcan flores y puedan atraer a polinizadores y controladores biológicos. A su vez, se pensó en la realización de visitas periódicas para el seguimiento, análisis y recomendaciones de manejo para el sector agroecológico del campo experimental.

“La cerveza nace en el campo. Somos una agroindustria donde la cebada es fundamental para nuestro negocio. Por esto, el compromiso con la agricultura sustentable es central en nuestra plataforma de Sustentabilidad. Para alcanzarlo, implementamos el mejoramiento genético de la cebada para la adaptación al cambio climático y acompañamos a los productores agropecuarios en la transición regenerativa para impulsar buenas prácticas agroecológicas”, señaló Aguinaga.

El objetivo propuesto por el INTA es el de “realizar el acompañamiento de los productores en transición agroecológica que formen parte del programa de agricultura regenerativa de la Cervecería y Maltería Quilmes y evaluar la evolución de los sistemas productivos en base a diferentes indicadores, que puede ser el balance de nutrientes, el análisis de la calidad del suelo, el aumento de la biodiversidad vegetal, entre otros”, explicó Zamora.

Cebada regenerativa: el futuro de las producciones de cerveza

A la par de la articulación con la empresa, el INTA avanzó en otro convenio para la producción de cebada agroecológica regenerativa en campos de 9 productores pertenecientes a dos grupos de Cambio Rural. “Durante la primera etapa (2019-2020) fueron sembradas 150 hectáreas de cebada y Cervecería y Maltería Quilmes proyecta alcanzar las 1.500 hectáreas para 2023”, señaló Zamora, que también coordina el Área de Investigación del INTA Barrow.

En relación al trabajo realizado, Zamora señaló que “en algunos lotes, se hicieron distintos ensayos de densidad de siembra, inoculantes, cura semillas biológicos y, a su vez, cada lote proviene de diferentes historias de antecesores y manejo”. Y agregó: “Luego, tendremos que evaluar la campaña, los rendimientos obtenidos y la calidad y resultados de los ensayos, y planificar la próxima campaña”.

En esa línea, explicó que también lo ven con los casos de cultivares de cualquier especie que tienen un alto potencial de rendimiento, pero son muy susceptibles a enfermedades y hay que hacer al menos dos aplicaciones de fungicidas.

Desde la empresa creían que eso no era lógico y el año pasado comenzaron las primeras consultas con el INTA. “Con estos proyectos, hablamos de recuperar las condiciones agroecológicas de los sistemas agrícolas para esperar una producción de cebada por muchísimos años más”, explicó Aguinaga. Y agregó: “Es un objetivo genuino porque la articulación entre empresas y el INTA es beneficiosa para el país. Restaurar los ecosistemas es pensar a futuro”.

Trabajar la agroecología: un compromiso de largo plazo

Cervecería y Maltería Quilmes es una compañía con 130 años de historia en Argentina y está comprometida con la preservación del medio ambiente y la prosperidad de sus comunidades para continuar elaborando bebidas durante los próximos 100 años.

En esta línea, Vanesa Vázquez, gerenta de sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes, destacó: “La sustentabilidad es el negocio y es la que nos permite seguir creciendo. Esto significa que para Cervecería y Maltería Quilmes la sustentabilidad forma parte de la toma de decisiones de la compañía”. A su vez, indicó que hace 130 años están «comprometidos con el desarrollo sustentable para crear valor económico, cuidando y regenerando el ambiente e impulsado el desarrollo de la comunidad».

Además, explicó que “dentro de nuestra plataforma 100+ Sustentabilidad trabajamos bajo cinco compromisos a 2025, y uno de ellos es Agricultura Sustentable, donde buscamos que los mil productores agropecuarios que cultivan cebada, lúpulo y maíz para hacer nuestras cervezas estén conectados, capacitados y fortalecidos», y agregó: «Acompañamos a los productores agropecuarios en la transición regenerativa e impulsamos las buenas prácticas agroecológicas que permitan restaurar los suelos, reducir el consumo de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.

Aguinaga, además, consideró que “es necesario transformar la manera en la que actualmente se produce para actuar por la sustentabilidad de los suelos y detener el cambio climático», y aseguró que «esforzarnos para recuperar la biodiversidad no sólo impactará positivamente en el ecosistema agrícola y el planeta, sino también mejorará la productividad de los suelos con una mirada a largo plazo”.

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