jueves 30, octubre 2025

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Reinventarse después de los 50: desafíos, motivaciones y oportunidades

Cada vez más personas deciden cambiar de rumbo después de los 50. La reinvención personal o laboral se impone como camino posible para reconectar con el propósito, sin importar la edad.

La búsqueda de mayor satisfacción laboral, crecimiento y nuevos rumbos no tiene edad. Cada vez más personas van más allá del statu quo y deciden comenzar un nuevo camino. Porque lo cierto es que no hay una sola edad para reinventarse: uno se reinventa todo el tiempo. A veces, ciertas circunstancias evidencian la necesidad de un cambio: el deseo de un nuevo desafío, mejorar las condiciones laborales, alcanzar un mayor equilibrio entre vida personal y trabajo o simplemente volver al ruedo tras un tiempo fuera del mercado.

En esos casos, lo importante es no inhibirse frente al pensamiento de «ya es tarde», sino abrirse a nuevas experiencias. “El sesgo de la edad, muchas veces autoimpuesto, limita todo intento de hacer algún cambio más alineado a los valores de ese momento de la vida. La realidad es que uno tiene la edad que tiene, haga o no esa actividad o vocación dormida. Entonces, mejor vivir esa edad haciendo lo que uno disfruta o necesita, a no hacerlo”, reflexiona Matiana Behrends, socia de Advisory Services y líder de Human Capital Advisory Services en Grant Thornton Argentina.

Para muchas personas, el impulso a reinventarse surge de una crisis externa, pero en la mayoría de los casos comienza con preguntas internas: ¿esto sigue funcionando?, ¿quiero seguir por este camino?, ¿es ahora el momento para algo que postergué? Es decir, se trata de un cambio con sentido, que puede estar motivado tanto por la necesidad como por el deseo.

Un estudio del Instituto Americano de Investigación Económica (AIER) de 2015 reveló que el 82% de las personas mayores de 47 años que decidieron cambiar de carrera lo lograron con éxito. Muchas de ellas optaron por emprender, no solo como vía de autonomía, sino como fuente de entusiasmo y vitalidad. “Muchas veces vemos que el cambio se da hacia proyectos o emprendimientos propios. Por un lado, porque son una fuente de vitalidad y entusiasmo. Y por otro, porque son lo que podemos controlar. No podemos controlar si el mercado laboral está en alza o en baja. Pero sí podemos controlar nuestros proyectos e ir acomodándonos a lo que plantea la realidad”, agrega Behrends.

Claro que la reinvención no es un proceso lineal ni simple. Y los resultados no siempre son lo que se esperaba al comenzar. Por eso, Behrends recomienda avanzar de forma gradual: “Hay que ir haciendo pequeñas experimentaciones que no rompan dramáticamente con la realidad actual: desde reconectar con amigos o conocidos que ya no vemos, anotarse en ese curso que siempre quisimos hasta probar con ese emprendimiento de manera part-time”.

Pero el camino no está exento de barreras. El diagnóstico actual muestra que las personas mayores de 45 años enfrentan importantes desafíos en la búsqueda de empleo, aunque también exhiben un enorme potencial. Así lo revela el informe “Investigando la Empleabilidad de personas +45”, realizado por Diagonal Asociación Civil. El estudio señala que el edadismo –la discriminación por edad– es una de las principales trabas percibidas en los procesos de reinserción laboral, con un alto impacto emocional: frustración, incertidumbre y desánimo son sentimientos frecuentes. A pesar de eso, también emergen con fuerza la perseverancia, la capacidad de adaptación y el deseo de seguir aportando desde la experiencia.

El mismo informe destaca que valores como la responsabilidad, el compromiso, el aprendizaje constante y la experiencia son fortalezas clave que las personas +45 llevan a los equipos de trabajo.

En ese marco, la reinvención no implica empezar de cero, sino reorientar la experiencia acumulada hacia un nuevo propósito más alineado con los valores actuales. Para eso, una reinvención planificada y resiliente puede apoyarse en algunas estrategias fundamentales: identificar lo que uno sabe y disfruta hacer, evaluar las habilidades actuales y aquellas a desarrollar, considerar el impacto financiero de un cambio, y aplicar metodologías ágiles que permitan ajustar el rumbo sin frustrarse.

Aplicar el mindset ágil significa considerar una propuesta de valor inicial que nos permita enfocarnos en lo que verdaderamente importa, para estar dispuestos a adaptarnos y repensar el plan las veces que sea necesario sin frustrarnos, sino por el contrario, aprendiendo de nuestros errores”, concluye Behrends.

Reinventarse después de los 50 no es solo posible, sino que representa una oportunidad para reconectar con lo esencial: el propósito, la motivación y el deseo de seguir creciendo.

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